Después del Baile [Alec]

Me detuve, bajo un árbol, arrastrando los pies sobre las hojas, llevando los tacones en la mano, con un aspecto fantasmagórico, pasando de árboles en árboles, y finalmente, sentandome bajo uno, viendo mi vestido blanco rodearme, como si fuera la mismisima alicia que se ha perdido. Apoyé mi cabeza en una raíz saliente del árbol de gran tamaño, simplemente observando aquel conejo invisible, y recordando el baile a cada detalle.

Luego de correr no mucho, olí aquel inconfundible aroma. Corrí hacia él, y una vez que estuve más cerca, disminuí el paso. Quizás me había percibido también; la ví ahí sentada, como poco consciente de lo que sucedía.
-En todo caso, sería yo quien debería alejarse si de muerte se trata...- comencé a hablar, retomando la conversación del baile-...y así será, si tú me lo pides- dije con tranquilidad, a pesar del dolor que me provocaba decir aquellas palabras.
-Aunque- continué- estaría también dispuesto a quedarme contigo, protegerte, dar mi vida por ti, y hacer lo posible y lo imposible también, por verte feliz.- terminé de decir, un poco apenado, ya que no acostumbraba hablar así.
Me acerqué, y me quedé de pie frente a ella.

Los pasos de la carrera del vampiro llegaron hasta mí. Le miré, escuchando sus palabras y mordiendome un labio, era peligroso, y en mi familia eramos todos propensos a tirarnos sobre lo peligroso como alma que lleva el diablo... Sonreí levemente al notar su aroma cuando el viento azotó sobre su melena, y me levanté. Sonriendo, tomando su mano y diciendo:
- Todavía no se tu nombre, y ya deseo que te quedes
Un torrente de imagenes pasaron con el contacto de nuestra piel, su cabello contra el viento, como me gustaba su tacto gélido, la dulzura con la que me había hablado en el baile, e incluso sus últimas palabras, todo tan perfecto que incluso comprendí el amor que atraía a mi madre hacia mi padre.

Los vampiros eran tan perfectos. Pero el lo era, hasta si hubiera sido un humano. Aunque fuera el hermano de Jane. Aunque estuviera aqui para matarme. Aunque perteneciera a los Vulturis.

Sonreí y le miré- Me debes un baile
En ese mismo momento, mi móvil vibro en el bolsito de mi vestido, asi que con cierto rubor, lo saqué leyendo el mensaje de mi madre. Estaría buscandome como loca, y iba a seguir el olor a vulturi. seguro.

Tomó mi mano, e imágenes aparecieron en mi cabeza. Inconscientemente suspiré al ver aquello, pues me dejaba notar que Renesmee sentía lo mismo que yo hacia ella.
Me reí cuando me dijo que le debía un baile.
-Fuíste tú quien se desmayó, y luego desapareció- le reproché a modo de broma.
Con sangre en sus mejillas -que resultaba realmente tentador- metió su mano en el bolsillo de su vestido, sacando un aparato pequeño. Los había visto antes, pero no recordaba cómo se llamaban.
-¿Qué pasa?- le pregunté, debido a su expresión preocupada; me sentí un poco ingenuo al preguntar aquello ¡En realidad pasaban muchas cosas!

¿Qué pasa? Mi madre pasa, mi madre
Suspiré abruptamente cuando me lo pregunté y cogiendole de la mano emprendí el camino hacia mi casa, la pequeña casa de madera que se situaba en forks, a las afueras, desde la cual se podía llegar al bosque y viceversa.
- Mi madre me está buscando...
off: sigo en la casa Swan