Exterior del Aeropuerto.

Pasadas unas horas, se escucho por el altavoz la bienvenida a Volterra.
- Llegamos. - susurre, con miedo en mi voz pero alegria porque iba a sacar a mi hermana de toda esa locura. Claro que luego tendria que escucharme.
El avion se detuvo y los pasajeros comenzaron a bajar. - Creo que es hora. - le dije a Edward y me levante del asiento.

Despues de hacer los tramites de los papeles. Salimos del aeropuerto. - Bueno.. ¿ Hacia donde es? - le pregunte a Edward algo dudosa. - Teniamos que ir ya hacia donde estaban los vulturis.

Salimos del aeropuerto y escuché su pregunta. Me detuve un momento y olisqueé el aire. Hallé aromas conocidos que iban en dirección al centro de la ciudad. A la Piazza dei Priori.

-Ven. Ya se por dónde es.- dije tomándola de la mano.

Me tomo de la mano, y me deje llevar. - Ok. Vamos. Tenemos que llegar cuanto antes. -dije segura al 100%

Andamos un trecho y, cuando no nos veía nadie, la subí a mi espalda.

-Cierra los ojos.- dije mientras echaba a correr para llegar antes.

FDR: No ya existia un aeropuerto???

Llegamos al aeropuerto y yo guardé la foto en el bolsillo. Ros aparcó el coche y yo salí al exterior. Abrí la puerta donde estaba Bella.

-Bella.- dije para despertarla. -Ya hemos llegado al aeropuerto.

Oi una sueve y dulce voz cerca de mi, y de inmediato supe que era Edward. Abri despacio los ojos, y me sente en el asiento. - Oh perdona ... se ve que estaba mas cansada de lo que pensaba. - le dije sin siquiera yo darme cuenta. Me acerque a la puerta y note como me miraba, esperando a que yo dijera algo. - ¿te ... pasa algo Ed? - le pregunte mientras le acariciaba la mejilla.

Se despertó y empezó a disculparse. ¿Por qué se disculpaba ahora?

-No te disculpes.- dije con una sonrisa. Me preguntó si me pasaba algo y me encogí de hombros para quitarle importancia. -Que yo sepa no.- contesté mientras la ayudaba a salir del coche.

- esta bien ... si tu lo dices. - le dije mientras lo tomaba de la mano para salir del auto. - Muy bien, volvemos? - le pregunte mientras cerraba la puerta y veia a la gente que entraba y salia del aeropuerto.

Al oír el nombre del pequeño monstruo no pude evitar reírme. A saber lo que pensaría ella sobre la ropa que Ros había comprado. Me fijé en que Bella estaba algo adormilada aun.

-¿Puedes andar o te llevo en brazos?- pregunté divertido.

al escuchar el nombre de mi hija, salir de la boca de Ros la mire enojada. no... no lo hizo. no le dijo.
me acerque hasta ella quedando frente a frente, y deje salir mi mal humor. - si pasa algo con renesmee... si... porque tu hablaste ella en un futuro ya no existe, no dudes que te matare. Es lo unico que tengo en este momento Ros. ¿Que nunca entenderas? - le pregunte y comenze a caminar sola, dejando caer por el contorno de mis mejillas las ultias lagrimas que podian brotar de mis ojos.
Solamente podia pensar en un futuro feliz alado de mi pequeña niña y alado de su padre, Edward. Pero si algo cambiara, ella no podria existir. Las imagenes que ella una vez me mostro se pasaron por mi cabeza. Me sente en uno de los tantos asientos apilados que estaban a la entrada del aeropuerto y puse mis manos en mi cara, ocultando el dolor, y la tristeza.
En cuanto escuche gritos y risas de una nena. Volte y vi que salia una niña con una mujer alta, bien vestida, y la pequeña corriendo por todos lados, jugando con su muñeco de peluche. Yo claro, embobada ante la situacion.
Aquella nena tendria maso menos la edad de renesmee y era igualita a ella. En su actitud claro. Porque nadie iguala a mi pequeña hija.
Me quede mirandola un buen rato, olvidandome de todo lo que sucedia a mi alrededor.

Suspiré y la vi alejarse de nosotros. Lancé a Ros una mirada de reproche. -Tendrías que haber esperado.- dije con rapidez. Le di la espalda y me dirigí hacia Bella. Me senté a su lado y la miré preocupado. -¿Estás bien?- pregunté. Vaya pregunta estúpida. Obvio que no.

La voz de edward me saco del trance y le conteste mientras me secaba las lagrimas. - no. definitivamente no estoy bien. - le conteste, mientras seguia con la mirada fija en la pequeña niña corriendo por todos lados. - Espero que no le pase nada a Renesmee - susurre despacio.

-¿Quieres volver a casa?- pregunté intentando saber como consolarla. Odiaba verla así. Y encima por mi culpa. Tendría que haberle dicho a Ros que no me lo contara. -O si prefieres hacer otra cosa, solo dilo.

Solo podia escuchar lo que me decia, pero no podia mirarlo. No sabia si estaba enojado conmigo o no. - ¿que te conto Ros? - pregunte con miedo.
El tan solo pensar que algo podia pasarle a Renesmee me ponia nerviosa, triste, y angustiada por su puesto.

Al oir las palabras de Ros, inmediatamente me levante y le tendi la mano a Edward para caminar a su lado. - vamos. Quiero ir a cuidar a renesmee. Parece que soy la unica. - dije refiriendome a mi hermana exactamente, ya que si la ponia en peligro yo misma la mataria. - Edward. ¿Nos vamos?. - le dije en cuanto mi hermana se alejo de nosotros hacia el interior.

Vi alejarse a Ros de nosotros y Bella me cogió la mano. Asentí con una sonrisa y le di un beso en la frente. Pasé mi brazo por sus hombros y la conduje hacia el interior.

Me deje llevar por edward, mientras veia como mi hermana se iba directamente a abordar el avion. Claro seguramente la dejarian pasar. siempre se salia con la suya. No sabia como. Pero igual mientras mas rapido llegemos a forks, mas rapido vere a mi pequeña.

Guié a Bella mientras Ros me guiaba a mi. La verdad es que no estaba muy atento al camino. Estaba pensando en varias cosas y se podría decir que solo rastreaba.

Llegamos y me paré en la entrada. Le dije- Que bueno que no tengamos equipaje, jeje. ¿Seguro que te llenaste?- le pregunté abrazándola.

Llegamos al aeropuerto y pregunta algo- Pues no comeria de ese rico postre en un mes por lo maximo, y te aseguraria que por hoy mi estomago se lleno de ese platillo dulce -Respondi ante las miradas de los ricos humanos, un olor peculiar y casi distante se hace precente,-

Llegué al aeropuerto en taxi. Al salir del vehículo, el sol bañó mi piel, pero, sorprendentemente, no brillaba. Asentí con una sonrisa. Entré en el aeropuerto.