Gimnasio del Instituto

Bueno, espero que asi sea -Caminé junto a la mas hermosa de la noche-Bailas? -Le agarre la mano y le di una vuelta, asi agarrandola de la cintura y juntandola a mi-

Bailar. Me encantaba esa palabra. La mejor idea de la noche, por así decirlo. Estaba apunto de contestarle cuando me dio una vuelta agarrándome de la cintura. Cuando me di cuenta, estábamos muy juntos. Me ruboricé y aparté la mirada.
-Vale, vamos a bailar.- dije con una sonrisa. -Ve a la pista, yo tengo que hacer algo...- me giré y fui a la mesa de mezclas donde se encontraba el DJ con la música.
Saqué del bolso mi iPod y se lo di al DJ para que pusiera una canción. Me di la vuelta y volví con Iván.
-Bien, ya estoy.- dije acercándome a él y poniendo una mano en su brazo y otra en su mano.

Fue con el DJ... espere, me quite la chaqueta y llego ella a bailar..no queda mas que seguirla y demostrar algo de talento....(El video XD), Cuando acabo mis ojos cambiaron su aspecto...mis ojos ya veian otra muchacha, la via con otros ojos, tan hermosa, tan llena de vida...no sabia como la miraba peero era muy bello, al estar tar junto a ella como con ninguna e estado me di cunta que no e disfrutado la vida y no sabia que hacer en ese momento, solo...me separe un poco de ella pensando el que dira retire mi mirada de sus ojos bellos.- Bailas muy bien -Solo logre decirle-

La música terminó, y yo aluciné. Nunca había tenido un baile como este. Siempre me tocaba bailar con alguien que no tenía ni idea. Nos separamos un poco y él retiró su mirada de la mía.
-Tú también.- dije con una sonrisa. -Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto de un baile.

Cuando pronuncio las ultimas palabras alcé la cabeza y la mire...no decia mentiras, le habia gustado el baile- A mi me dio otra perspectiva -Me hacerque a ella solo unos pasos, no mucho para ver cual es su reación- No sabia cuan hermosa era la luna hasta que la miré, nunca me habia dado cuenta de lo fragil que eran los petalos de una flor, hasta que las toque -Le dije poeticamente, no podia decirle de un zopeton-

Off: ¿Que la fiesta se acaba? Ahhhh xD

On:

Noté que Renesmee se ruborizó, y fruncí el ceño al no saber por qué. Poco consciente, pasé con suavidad mis dedos por su mejilla rosa, descendiendo hasta la barbilla. Era demasiado. Demasiada belleza. Era inmortal, y, aún así, se daba el lujo de poder hacer cosas de humanos.
Bailamos al ritmo de la canción. No era tan difícil hacerlo, pues íbamos en total concordancia.
-Sí, es extraño, pero también me gusta.- le respondí, también en un susurro.

Su aliento en mi oreja me provocó un leve escalofrío. Su iman era ilógicamente tan atrayente como el de mi madre hacia mi padre. Le sonreí y entonces, un pitido volvió a mis oidos, comencé a marearme, y cuando logré recordar lo que me ocurrió en casa antes de la fiesta, me asusté empezando a hiperventilar levemente, para que mi cuerpo acabara cediendo. Algo ocurria y no sabía que era.... pero yo quería quedarme, quería quedarme para estar con aquel vampiro, conocerle, conocerle a fondo y verle sonreír una vez más....

Nos quedamos callados. Y aunque en el ambiente había un desastre total -la música, las voces y risas de los demás- yo estaba ido viendo el rostro de Renesmee. Entonces lo que antes era una hermosa sonrisa, desapareció, descomponiendo por completo el rostro de la chica. Perdimos el ritmo de la música y su corazón comenzó a latir rápido.
Terminó por desvanecerse en mis brazos. Preocupado, la puse sobre mis hombros, y caminé hacia la salida, atravesando miradas sorprendidas.
Afuera todo estaba más tranquilo.
No sabía qué hacer. Caminé hasta encontrar una banca, y la recosté ahí mientras observaba su rostro pálido. Puse una mano en mi barbilla, ansioso de que abriera esos bonitos ojos.
-¿Qué te ocurre?- pregunté, prácticamente para mí, pues ella estaba aún inconsciente.

Seguía inconsciente, cuando pude notar como me llevaba a algún lugar dondo comencé a sentirme un poco mejor. El pitido se disipaba un poco y todo empezaba a ir bien, Lucy y Thomas empezarían a buscarme preocupados y culparían al vampiro...
No quería eso, era culpa mia...
Comencé a recuperar la consciencia cinco minutos después, e intenté apoyarme sobre mi misma, intentando abrir los ojos
-¿Donde... estas?- dije casi en un susurro

Me puse de rodillas, y mi rostro quedó a la altura del suyo; y me quedé así, simplemente observándola.
Noté como su respiración se volvía poco a poco más acompasada y tranquila. Intentó levantarse, y me puse de pie rápido, tomándola por los hombros para ayudarla a mantener el equilibrio.
-Estoy aquí- respondí, poniendo mis manos esta vez en su rostro, en sus respectivas mejillas. Acerqué de nuevo mi rostro al de ella, y su respiración me hacía estremecerme.

Le rodeé con los brazos calidamente, la verdad es que había estado asustada. Saber que te has desvanecido por un extraño caso que es culpa de tu tía por contarle a tu padre del pasado que eres su hija, es algo muy raro, pero saber que deseas estar despierta y no puedes, es peor...

Una imagen cruzó mi cabeza, Jacob, ese Jacob, mi Jacob, el que me acompañaba siempre, el que me sonreía... ese mismo que todavía miraba a Luna con ojos de amor... aquel que podía llegar a partirme el corazón, no volvería a hacerlo más. Me separé levemente y besé su mejilla sonriendo y susurrando en su oreja el más leve y dulce de los jamás agradecidos ''Gracias

Me besó en la mejilla y estuve seguro de que, de haber sido humano, me hubiera puesto como un tomate. Su beso, que aunque seguramente para ella era sólo eso, para mí, viniendo de ella, era especial.
En Volterra no era común estar en ese tipo de situaciones. No, la costumbre era asesinar a los que quebrantaban la ley, y, ¿para qué negarlo?, también asesinar a inocentes. ¿Qué pensaría Jane de esto? ¿Qué pensarían Aro, Cayo y Marco? Yo sabía la respuesta: pensarían que había que matarme. Pero, más me preocupaba, ¿qué pensaría Renesmee? La tenía ahí, en mis brazos, tan indefensa. No podía dejar que algo le pasara; sin embargo, era demasiado egoísta como para alejarme.
-No me agradezcas algo que hago con todo el gusto- le pedí con amabilidad, aunque también con algo de frialdad, por los pensamientos que había estado teniendo.
-¿Qué te paso, estás enferma? ¿Quieres que te lleve a algún lado?-

Sonreí distanciandome de él a una distancia prudente, más bien normal, escuchando su pregunta y formulando la respuesta a ella lo más rápido posible. Le sonreí y dulcemente con cierta melacolía dije:
- La verdad es que no estoy segura, pero creo que mi cuerpo necesita de sangre humana- dije casi asustada, no me gustaba la idea- está débil por todo el asunto de mi padre y mi madre y su descubrimiento. Si los Vulturis se enteran de esto vendrán a matarme, estoy jugando con demasiado riesgo- dije esto ultimo con angustia

Me hubiera mareado de haber podido.
-¿Qué descubrimiento?- pregunté sin expresión en el rostro ni en la voz, justo después de que ella terminó de hablar.

Suspiré
- Mi cuerpo aquí es solo un prestamo, mi yo real está en el futuro, en mi tiempo. Zafrina una vampira me permitió con su don llegar al pasado y conocer a mi madre siento humana, pero todo se trastocó con mi llegada- dije sin hacer pausas para respirar- Jane, la Vulturi, quiso matarme en varias ocasiones. Pero mi madre me salvó, pero ahora que mi padre sabe tambien mi historia, estoy en peligro, mi cuerpo necesita mas fuerza.. Perdón por explicarte mi vida

Mis ojos veían hacia el vacío. Traté de comprender lo que Renesmee me decía. ¿Por qué a mí no me dijeron nada?
Ahora entendía la razón por la que Aro me había ordenado venir.
Todo estaba saliendo muy mal. Renesmee no era real; me había enamorado de alguien que no existe, al menos no aquí, y ahora. Estaba realmente frustrado. Y lo peor, no podía traicionar a mi guardia...
La miré sin dejar de fruncir el ceño. La abracé con brusquedad, poniendo mis labios a sólo un centímetro de distancia de su cuello -que olía demasiado bien-. La tenía entre mis brazos, apretándola con más fuerza de la necesaria sin dejar que pudiera realizar algún movimiento; tenía que tomar una desición rápido, antes de dejarme llevar por la razón.
Por un lado, tenía a lo que era mi familia; los Vulturi me habían dado todo cuando no tenía nada. Por y para eso vivía.
Y, por otro lado, estaba esa bella chica que iba en total contradicción de mis principios y deberes, de quien me había enamorado con sólo verla.
Pegué con fuerza mis labios entre abiertos contra su cuello. Le mordí suavemente, casi como un roce y concluí con un beso en el mismo lugar.
Suspiré cerrando mis ojos, y desaciendo toda fuerza de mis brazos, aunque no dejé de abrazarle. Seguramente ella no entendería nada.
-De no ser tú, yo mismo te mataría, aquí mismo.-

Noté como me abrazaba, pero cuando estaba apunto de devolverle el abrazo, pude sentir una leve presión sobre mi cuello, no habría intentado disiparme de ello, sabía que iba a hacer y comenzaba a asustarme de mis propios sentimientos. ¿Por que no me afectaba que quisiera beber mi sangre? Sin embargo, frenó, dejé de oír los latidos de mi corazón acelerados y pude sentir como levemente besaba casi en un roce lo que era mi cuello, casi con dulzura. Desorientada, intenté observar su rostro, pero aunque ahora ya no hacía presión, no había dejado de abrazarme. Levemente le abracé, pese a estar asustada de sus palabras
- Si es así ¿Qué razón existe?- dije sin querer decir lo que mi mente aclaraba, hablarle por lo que le tenía que hablar, con tal rango y respeto.

Vulturi

Me devolvió el abrazo...algo que no esperaba. Alguien normal se hubiera asustado, pero era claro que ella era diferente.
Recargué mi barbilla en su hombro.
-Jane es mi hermana- me limité a decirle, queriendo esquivar la frase "Soy un vulturi", pues, al dejarla vivír, ya no me sentía parte de ellos. Sin embargo sentía que, por Renesmee, valía la pena dejar lo que sea. Me sentía algo estúpido; mira que un Vulturi deje con vida a alguien que no es inocente...Y más impactante, que un Vulturi se enamore...Eso no es muy común. Y menos en una noche; todo fue tan rápido...Casi como la conocida imprimación de los licántropos.

- No, Lucy. No me molesta- dije mientras miraba el lugar. Había algo o alguien raro en el lugar. O con un olor que ya olí antes.

Asentí a la respuesta del señor Tom y tomé un poco de aire, mientras daba en mi lugar una vueltita tomada de la mano de mi compañero de baile.

- Pues...- comencé con cierta timidez. Sacudí la cabeza y luego me armé de valor para preguntarle - ¿Cómo fue usted convertido? Es que...es que mi pica la cuiriosidad. Curiosidad infantil, usted sabe, supongo - sentí como si el rubor aflorara mis mejillas y opté por voltear el rostro, mirando como Nessie y otro chico hablaban...o como mi madre hubiese dicho: parlaban muy debute entre ambos dos.

Sonreí y entonces solté el abrazo, sintiendo una leve congoja y un pinchazo en el pecho. Con una sonrisa torcida y levantandome
-Será mejor que deje de poner en peligro tu vida- dije con una sonrisa, cogí su mano y besé levemente su mejilla, dejando un estúpido rastro de mi sentimiento, una pequeña lágrima que allí calló, sobre su mejilla estropeando su rostro. Entonces, corrí a velocidad vampirica hacia el descampado, abandonando la fiesta y escondiendome entre los bosques.

Sin embargo, la chica había olvidado algo, su propio rastro quedaba allí marcado. Su mascara yacía en el banco

- Mmm- dije mientras ella daba la vuelta- Fue en 1964. Verás, yo soy inglés. Había venido un primo a visitarme de Brasil. Al parecer, él me contagió un virus brasilero. Vino un famoso doctor de Estados Unidos, Carlisle, y él rápidamente me quiso curar. Pero no podía, entonces, en mi lecho de muerte. Me mordió y desapareció. Entonces, en mi cuarto, viví mi transformación solo. Odie en ese momento a Carlisle, pero ahora que ya pasaron 50 años, puedo agradecerle. Si no fuera que soy inmortal, no hubiera conocido a Luna, mi amada.

Se acercó para besar mi mejilla, y sentí algo raro y tibio sobre ella, aunque no supe de lo que se trataba.
Escuché sus palabras, y cuando aún no terminaba de entenderlas, había desaparecido.
Estiré mis brazos, pero abracé sólo la escencia que Renesmee dejó a su paso. Hubiera corrido tras de ella, si no tuviera tantas cosas en la cabeza, y si conociera el terreno de Forks.
En vez de eso, permanecí sentado tratando de aclararme. Llevé una de mis manos a mi mejilla, y luego observé uno de mis dedos, humedecido; me lo llevé a la boca. Tenía un sabor salado, y dulce al mismo tiempo.
Bajé mi mirada y ví un antifaz, olvidado por Renesmee. Lo tomé, y lo olí. Sería más fácil así encontarla. Salí del instituto a paso humano, cauteloso, pero perdido en mis pensamientos.

Off: ¿Quieres seguir o.o?